Desde que empecé a practicar el Método Yogui Facial, he notado una gran mejoría en la tensión de mi mandíbula: ahora puedo relajarla con mucha más facilidad. Además, la piel de mi rostro está más tonificada, especialmente en la zona de las ojeras y el óvalo facial. Aunque los cambios pueden ser sutiles desde fuera, para mí son muy evidentes y satisfactorios. Esta experiencia ha sido estupenda, porque con constancia he visto cómo mejora la calidad de mi piel, incluso sin practicar todos los días. Al notar los progresos, me siento motivada a seguir cuidando